Si la red de tu empresa no está funcionando al máximo, tampoco lo están tus empleados. La gestión del rendimiento de la red (NPM) es vital para asegurar que las redes funcionen sin problemas y con un rendimiento óptimo, pero a menudo se pasa por alto.
Dada la complejidad de cualquier red y todos los factores que pueden afectar su rendimiento, la gestión del rendimiento de la red debe recibir el tiempo, la consideración y los recursos adecuados. Así que, veamos la gestión del rendimiento de la red, por qué es importante y qué pueden hacer por ti las herramientas de gestión del rendimiento de la red.
¿Qué es la Gestión del Rendimiento de la Red?
La gestión del rendimiento de la red es la optimización, seguridad y supervisión de una red. Esto incluye monitorear la red, analizar su rendimiento y encontrar formas de mejorar su funcionalidad para que el trabajo que depende del rendimiento de la red pueda realizarse de manera fluida y eficiente.
La gestión del rendimiento de la red es vital para una infraestructura empresarial saludable, ya que mejora la productividad y ayuda a proteger la red de posibles problemas o amenazas. Sin una buena gestión del rendimiento, la red de una organización puede tropezar y ralentizarse o quedar vulnerable a un ciberataque.
Entendiendo el Impacto del Rendimiento de la Red
Algunos podrían preguntarse por qué importa el rendimiento de la red; seguramente unos segundos de tiempo de carga no ralentizarán tanto un negocio, ¿verdad? Bueno, consideremos el impacto del rendimiento de la red.
Primero, considera cuántos dispositivos usan las empresas y sus empleados para trabajar todos los días. Entre computadoras, smartphones, dispositivos especializados, dispositivos personales para empresas con políticas de BYOD (tráete tu dispositivo), dispositivos de Internet de las Cosas (IoT), y así sucesivamente, hay una cantidad significativa de dispositivos conectados a una sola red, generando un montón de datos de red.
¿Qué pasa cuando el rendimiento de la red comienza a sufrir? Una red lenta no solo le cuesta a un solo empleado unos minutos cada día, sino que impacta a toda la organización, llevando a horas y horas de productividad perdida.
Luego considera qué pasaría si la red se cayera por completo. Además del tiempo y la productividad perdidos, podría causar que la empresa pierda datos valiosos o trabajo que tomará un tiempo recuperar.
Además, la gestión del rendimiento de la red ayuda a monitorear los dispositivos conectados a la red. Esto es valioso para asegurar que cada punto final esté soportado, además de identificar y prevenir intrusiones.
En resumen, la gestión del rendimiento de la red es vital para un trabajo fluido y eficiente a través de la red de una empresa.
Gestión del Rendimiento de la Red vs. Monitoreo del Rendimiento de la Red: ¿Cuál es la Diferencia?
Quizás ya has oído hablar del monitoreo del rendimiento de la red y quieres saber si es lo mismo que la gestión del rendimiento de la red. Aunque los dos comparten muchas similitudes, no son lo mismo.
La gestión del rendimiento de la red se centra en mejorar la eficiencia de la red y garantizar el rendimiento a largo plazo. Su objetivo es asegurarse de que la red funcione sin problemas y de manera eficiente durante períodos prolongados y pueda soportar cada uno de los dispositivos conectados a ella.
El monitoreo del rendimiento de la red, por otro lado, rastrea principalmente el rendimiento en tiempo real y alerta a los usuarios sobre posibles problemas. Esto se centra más en el aquí y ahora, monitoreando cualquier problema que necesite ser abordado a corto plazo.
Procesos clave involucrados en la gestión del rendimiento de la red
El software de gestión del rendimiento de la red utiliza múltiples procesos para monitorear y apoyar las redes, y cada uno es vital para la salud y eficiencia general de la red. Estos procesos incluyen:
Análisis de tráfico: El tráfico digital, al igual que el tráfico del mundo real, puede ser frustrante cuando se ralentiza. El análisis de tráfico monitorea la velocidad del tráfico de tu red y optimiza el enrutamiento para prevenir la congestión, mejorando el rendimiento en toda la red.
Network monitoring: El monitoreo de red es vital para entender cómo funciona tu red. Esto recopila datos de todos los dispositivos para identificar patrones, anomalías y problemas potenciales para que puedan ser manejados adecuadamente.
Optimización del rendimiento: El objetivo de la gestión del rendimiento de la red no es solo monitorear la red para asegurarse de que nada salga mal, sino también encontrar formas de optimizar el rendimiento. Esto incluye identificar problemas potenciales, formas de mejorar el tráfico de la red, mejorar la calidad del servicio, resolver problemas, y así sucesivamente.
Solución de problemas: La solución de problemas es una parte importante de cualquier proceso de gestión del rendimiento de la red. Si ocurre un error o problema, la solución de problemas no solo resuelve el problema, sino que también identifica la causa para que pueda ser abordada y prevenir problemas futuros.
Gestión de fallos: La gestión de fallos detecta y resuelve problemas de la red. Identificar y solucionar problemas rápidamente ayuda a garantizar la estabilidad y fiabilidad, para que puedas mantener la eficiencia y evitar fallos en la red.
Gestión de configuración: La gestión de configuración asegura que la configuración de tus dispositivos esté actualizada y cumpla con las necesidades de tu empresa. Esto incluye parches de seguridad, actualizaciones de firmware y más, manteniendo todos tus dispositivos y puntos finales correctamente configurados según los estándares de tu negocio.
¿Cómo ayuda la gestión del rendimiento de la red a tu empresa?
Dicho esto, ¿cuáles son los beneficios de la gestión del rendimiento de la red? Una gestión adecuada trae muchos beneficios a las empresas, incluyendo:
1. Mayor tiempo de actividad de la red
Nada ralentiza la productividad tanto como el tiempo de inactividad. Un buen NPM puede asegurar que tu red funcione sin problemas y abordar los problemas a medida que surgen, asegurando más tiempo de actividad y menos interrupciones.
2. Resolución de problemas más rápida
El mejor momento para resolver un problema es antes de que ocurra. La gestión del rendimiento de la red puede identificar anomalías y problemas potenciales tan pronto como aparecen, para que puedan ser abordados y solucionados antes de que se conviertan en un problema.
3. Ahorro de costos
¿Qué pasa cuando tu red funciona de manera más eficiente, se reduce el tiempo de inactividad y tu red funciona más rápido? Obtienes más valor de tu red y todas sus inversiones. Una buena gestión del rendimiento lleva a ahorros de costos, ya que reduce las pérdidas causadas por redes deficientes.
4. Mejora de la Experiencia del Usuario
A nadie le gustan las conexiones lentas, los constantes fallos o los problemas frecuentes de red. La gestión del rendimiento de la red ayuda a que las redes funcionen rápido y sin problemas, creando una mejor experiencia de usuario para empleados y clientes en toda tu red.
Desafíos que Enfrentan las Empresas en la Gestión del Rendimiento de la Red
A pesar de todos sus beneficios, la gestión del rendimiento de la red no está exenta de desafíos. Varios obstáculos comunes pueden hacer que la gestión sea una tarea difícil, pero con la preparación adecuada, se pueden mitigar.
Los desafíos comunes de la gestión del rendimiento de la red incluyen:
Recursos limitados:
Las empresas solo tienen tantos recursos con los que trabajar, y los equipos de TI pueden ya estar al límite. Aunque las herramientas de gestión del rendimiento de la red pueden monitorear redes, detectar problemas y analizar el tráfico, los equipos de TI aún necesitan agentes y recursos para llevar a cabo mejoras y reparaciones.
Problemas de escalabilidad: A medida que las empresas crecen, también lo hace la cantidad de datos que se recopilan y procesan a través de sus redes. El software de gestión del rendimiento de la red necesita ser lo suficientemente escalable para mantenerse al día con el crecimiento de la empresa, de lo contrario, comenzará a fallar.
Falta de personal capacitado: Aunque las herramientas de gestión del rendimiento de la red pueden incluir funciones de automatización, un equipo de TI capacitado sigue siendo necesario para muchas tareas. Si una empresa no tiene los agentes capacitados necesarios para la gestión de la red, entonces el software de gestión no podrá hacer su trabajo.
Problemas de integración: La mayoría de las redes empresariales tienen una gran cantidad de herramientas y sistemas integrados en ellas, lo que puede ser un desafío para que las herramientas de monitoreo se conecten. Por ejemplo, si un sistema utiliza protocolos heredados o propietarios, puede ser un desafío conectar todo correctamente y recopilar todos los datos que las herramientas de monitoreo necesitan.
Mejores prácticas para optimizar tu estrategia de gestión del rendimiento de la red
Si estás trabajando en una estrategia de gestión del rendimiento de la red, no tienes que ir a ciegas. Estas son algunas de las mejores prácticas para optimizar tu estrategia:
Realiza Evaluaciones Regulares
El monitoreo y análisis regular de tus redes te ayudará a identificar patrones o posibles problemas que querrás vigilar. Asegúrate de rastrear el estado de tus dispositivos, las estadísticas de flujo de paquetes, las tasas de rendimiento y más para garantizar un tráfico fluido.
Aprovecha las herramientas de automatización
Muchas tareas rutinarias y que consumen tiempo pueden ser automatizadas. Esto ahorra tiempo y facilita la vida de tus agentes, ya que les da tiempo para centrarse en problemas más urgentes. Automatizar tareas como actualizaciones de configuración, comprobaciones de rendimiento, parches, etc., puede mantener tu red actualizada y reducir el riesgo de error humano.
Priorizar áreas clave de la red
Asegúrate de establecer tus prioridades, incluyendo qué métricas y KPIs querrás rastrear. Esto ayudará a tus equipos a centrarse en las áreas que más importan sin atascarse con datos irrelevantes.
Entrena a tu equipo
El software de gestión del rendimiento de la red no puede operar por sí mismo. Tu personal debe estar capacitado en las herramientas de gestión del rendimiento que usas, cómo usarlas de manera efectiva y cómo responder a los problemas que detectan. Esto ayudará a asegurar que tu equipo esté aprovechando al máximo el software y manteniendo el rendimiento de tu red en su mejor nivel.
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